
Aquella noche, la última en aquella casa, en aquella cama, hizo mucho frío, y por primera vez en mi vida oí llorar a mi madre. No me levanté a besarla como ella hacía conmigo. Dejé que llorara porque pensé que, por lo visto, no se le habían acabado todas aquellas lágrimas, como ella me había dicho...
Autora: Carmen Gómez Ojea
Editorial: Edebé
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